lunes, 24 de noviembre de 2014

La semana del esperpento nacional


"La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta", se ha evadido esta semana de sus dramas familiares participando a su modo en el entierro de la Duquesa de Alba, en el encierro en prisión de la Pantoja y en el escándalo del pequeño Nicolás


"Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza", ha rendido homenaje a la folclórica, y a la difunta caprichosa e ilustre ricachona, con las que se muestra solidaria en su desgracia respectiva, ahora que la una está en la cárcel y a la otra ha venido a buscarla el ángel de la muerte.

"n tendrá luengo parto de varones, amantes de sagradas tradiciones y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas, y otras calvas en otras calaveras brillarán, venerables y católicas". En el pequeño Nicolás hemos reconocido a un pillo disfrazado, a un niño aparentando ser un hombre, a un enamorado de las apariencias, del oropel, del boato, de la mentira reiterada con veracidad, portando por toda arma selfies junto a poderosos. Sin duda lo hemos identificado con nuestra clase política y por eso no hemos dudado de que es uno de ellos, tal vez el más maduro de todos.

"Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza, una España implacable y redentora, España que alborea, con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea". Nadie mejor que Machado para anticipar los tiempos que vivimos. Los jóvenes persiguen la justicia pero también la venganza que canalice su tremenda rabia. ¡Caigan cabezas anunciando el advenimiento de una nueva era!. 

50 años han pasado desde que Bob Dylan dijo aquello de "Venid agruparos a mi alrededor gentes que andáis errantes por cualquier lugar y admitid que las aguas alrededor de vosotros han crecido, y aceptadlo pues pronto estaréis calados hasta los huesos. Si según vosotros vuestra época merece ser salvada, entonces mejor comenzad a nadar u os hundiréis como una piedra porque los tiempos están cambiando". Los jóvenes españoles, estirando de la cuerda,  ya han logrado liberarse de la estaca a la que les había atado sus mayores, y ya no dejarán que les vuelvan a atar. Ellos, a diferencia de sus padres, han aprendido a nadar y saben que aunque parezca imposible, se puede sobrevivir hasta a un tsunami.

No hay comentarios:

Publicar un comentario